Enséñanos a entender la brevedad de la vida,
para que crezcamos en sabiduría
Salmo 90:12
Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos.
Efesios 5: 15-16
Un hombre de negocios decía a un amigo: -¿Sabes lo que voy a dar a mi hijo para Navidad? Entonces le mostró una hoja de papel en la que había escrito: <<Nicolás, cada día de esta semana pasaré tiempo contigo y lo empleamos como te guste>>.
¿Hay un regalo más hermoso que el de consagrar tiempo a los que se ama? ¿No es una prueba de amor? Los hijos apreciarán el hecho de tener a su padre o a su madre sólo para ellos. Un sentimiento de seguridad, de compresión y de afecto se instala en el corazón. Un profundo vínculo se establece.
¿Qué quiere decir: tomarse el tiempo? Significa poner un momento aparte el uno para el otro, para pasarlo juntos. Es considerar a aquel con quien se habla, se pasea o a quien se ayuda como una persona muy importante, prioritaria. En realidad el empleo de nuestro tiempo manifiesta nuestras verdaderas prioridades.
¡Cuán difícil le es al hombre apresurado de nuestra época <<tomarse el tiempo>>! Pero lo principal es tomarme el tiempo para Dios: detenerme un momento, comprender cuál es su voluntad, cuáles son sus objetivos para mi vida, tomarme el tiempo para orar cada día…
Nada puede superar los instantes que pasamos en la intimidad del Señor. Los hombres más activos para Dios, los más útiles y sabios son aquellos que saben consagrar un momento del día para el Señor, si es posible en la mañana.
Pero, nuestro tiempo para El Señor no solo debe ser en función de nosotros y nuestras necesidades, sino también lo que nos motive a dedicar tiempo para nuestro Creador debe ser el amor y el intenso deseo de conocerlo más y vivir para Él.