Información Del Producto
Autor: Gary Chapman
ISBN: 9780789923745
Editorial: Unilit
Formato: Tapa rústica
Páginas: 320
Tamaño: 16.9 cm x 10.8 cm
Descripción del Producto.
Los 5 lenguajes del amor
Habla de las cinco maneras básicas en las que las personas, según el Dr. Gary Chapman, expresan y reciben amor: el contacto físico, el tiempo de calidad, los regalos, las palabras y los actos de servicio. Cada persona tiene uno o dos lenguajes con los que le resulta más cómodo expresar amor.
Necesitamos que los demás también nos expresen amor en dicho lenguaje, y no sentiremos frustrados si no lo conseguimos. Lo ideal sería dar y recibir amor en todos los lenguajes porque así nos comunicaríamos más fácilmente con un mayor número de personas. Veamos cada uno de los lenguajes:
1.El contacto físico: Es una de las formas más directas y sencillas de comunicación entre los seres vivos, porque no requiere palabras, y es especialmente importante cuando una persona está enferma o triste. Hay quien evita el contacto físico o lo reduce a lo imprescindible.
2.El tiempo de calidad: Es aquel que se comparte sin presiones ni obligaciones, por puro placer, sin un objetivo que cumplir. Permite conversar y escucharse sin prisas. Ayuda a crear confianza y lazos emocionales.
3.Los regalos: En la sociedad consumista que vivimos el regalo ha perdido parte de su sentido más noble. Además, es tentador, porque lo más sencillo es hacer regalos de forma indiscriminada para no utilizar los otros lenguajes o sustituirlos. Hay que dar y recibir regalos (que no necesariamente tienen que ser objetos frívolos o innecesarios) con espíritu generoso.
4.Las palabras: A través de ellas explicitamos nuestra aprobación o desaprobación hacia los demás. Las palabras que decimos a los niños tienen un gran poder porque ellos creen que pensamos sinceramente todo aquello que decimos. Las palabras de amor y cariño, los elogios sinceros, se dicen casi sin pensar pero dejan una huella imborrable, independientemente de la edad.
5.Los actos de servicio: Son algo que se hace, no por necesidad u obligación, sino de forma generosa para ayudarse a sí mismo o los demás. Los adultos pasamos gran parte de nuestra vida cuidando a los demás a través de estos actos de servicio, lo cual resulta física y emocionalmente exigente. Por esta razón, es útil parar de vez en cuando y recuperar el espíritu de cuidado en estos actos.