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Información Del Producto
Autor: Andrés Panasiuk
ISBN: 9781616380953
Editorial: Casa Creación
Formato: Tapa rústica
Páginas: 208
Tamaño: 21.3 cm x 14 cm
Descripción del Producto.
La Mujer que Prospera es el consejo infalible y milenario de la madre del rey Lemuel, aplicado a las mujeres del siglo 21. Ayuda a alcanzar la prosperidad integral al enfocarse en cinco áreas críticas de la vida de la mujer: la relación de pareja, el desarrollo de las habilidades personales, el carácter generoso, el legado que deja a sus hijos y la relación íntima con Dios.
Aunque no conocemos el nombre de la sabia madre del rey Lemuel, millones de mujeres alrededor del mundo nos hemos beneficiado de sus consejos. Las palabras de esta madre como las de muy pocas mujeres en la historia han quedado grabadas para siempre en la Palabra de Dios.
Las características de la mujer de proverbios 31 que como nosotras enfrentó los desafíos de su época y salió victoriosa, nos muestran hoy la manera que nosotras también podemos desarrollar y triunfar.
En la carrera de la vida; no solamente es importante llegar exitosamente a tus metas financieras, laborales o personales, sino también; es vital llegar a estas metas con el resto de nuestra vida intacta en el contexto de nuestro tiempo, talento, habilidades y tesoros.
Metas tangibles: Dinero; negocio; casa.
Metas no tangibles: tales como el amor y el respeto de nuestros hijos.
Muchos creen que aunque el dinero no hace la felicidad, por lo menos ayuda.
Esto lo decimos porque en general, los latinoamericanos no vivimos en una sociedad de abundancia como la norteamericana o la de Europa.
Esto proviene de una premisa equivocada, de un paradigma erróneo. La creencia de que los bienes materiales pueden satisfacer nuestras necesidades emocionales y espirituales como, por ejemplo: Necesidad de alegría, del amor, o la paz.
Esta es la premisa básica de una filosofía del mundo que llamamos “Materialismo”.
Pero; En la Mujer que prospera, aprendemos lo que El Señor Jesús nos dice claramente en Lucas 12:15 “Y les dijo: mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”.
A lo largo de nuestras vidas hemos creído que la falta de dinero provee la desintegración familiar. No es la pobreza la que desintegra la familia. Desde el punto de vista económico son las malas decisiones financieras y las deudas acumuladas, las que crean tensiones tan altas que eventualmente terminan por destruir la relación matrimonial.
Cuando la pareja es pobre se une más y trabaja duramente para lograr la supervivencia de la familia. Ejemplo: